El Barranco de Badajoz situado en Güímar, Tenerife, es un barranco con un precioso paisaje
que esconde un gran misterio tras su vegetación. Este lugar es conocido por la
presencia de seres blancos que se dejan ver flotar en el vacio. Esta zona está
llena de leyendas, una de ella es la de ‘la niña de las peras’.
Se dice que esta joven fue al barranco a
recoger fruta y desapareció, décadas después volvió aparecer con el mismo
aspecto con el que se marchó, la pequeña afirmó que solo había tardado unas
horas y que había estado jugando con unos seres blancos. En la actualidad, se
comenta que esta niña sigue viva pero que quiere proteger su identidad.
En 1991 un
curioso, Teyo Bermejo, interesado en el misterio del barranco decidió hacer una
excursión e investigar sobre estos extraños seres. Él, junto con un grupo de
personas acamparon en la zona y una noche empezaron a escuchar cantos y aleteos
por lo que empezaron a echar fotos. Cuando revelaron la cámara tenían en sus
manos la existencia de aquellas criaturas.
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