En Extremadura, son muchos los testimonios de apariciones espectrales que
habitan en caserones, castillos, edificios abandonados... algunas historias
datan de siglos y se fueron desvaneciendo en el tiempo, otros, como es el que
vamos a contar permanecen, atemorizando a todo aquel que lo experimenta o
escucha. El hospital Perpetuo Socorro de Badajoz es un
complejo hospitalario unido a su vez a otro edificio, el Materno Infantil.
Ambos se comunican a través de complejos pasillos, lugar donde siempre a altas
horas de la noche aparece un ser. Los fenómenos comenzaron sobre los años 90 y
siguen vigentes hasta la actualidad.
Una calurosa noche de verano del año 1994 el encargado
de mantenimiento del hospital, R.G.Y, decide hacer una ronda por los pasillos
del sótano del hospital (en ese momento en obras) acompañado por el guardia de
seguridad, así pasaban un rato de cháchara y mataban tiempo ya que la noche
estaba muy tranquila.
La conversación cesó repentinamente, cuando a lo lejos de uno de estos
infinitos pasillos observaron la figura de una "mujer" completamente
inmóvil y vestida con un hábito negro, no les quitaba ojo. Sorprendidos y sin
articular palabra, vieron que la mujer empezó a avanzar hacia ellos. El
nerviosismo comenzó ahogar a estos dos
trabajadores, aún más por que aunque la mujer se desplazaba hacia ellos, el
hábito no se le movía. "Avanzaba hacia nosotros, sin flexionar las
piernas, como si flotase, no se movía como una persona normal", afirman
los testigos. Una vez que recorrió varios metros, giró hacia la derecha
perdiéndose poco a poco por aquellos enmarañados pasillos. Tras unos segundos
de conmoción, el vigilante de seguridad empezó a llamar a la "señora"
pero no había respuesta. Él era el responsable de seguridad, por ello se armó
de valor, y junto con el encargado de mantenimiento recorrieron la trayectoria
por donde había girado la supuesta monja. No había salida en esos pasillos y el
camino por el que giró acababa en unos pocos metros por dos columnas cerradas,
había desaparecido.
Inmediatamente, el guardia de seguridad alertó a sus compañeros de la
intrusa en el sótano. Cuando bajaron a mirar allí no había nadie. Extrañados de
lo ocurrido prefirieron olvidarlo todo por miedo a que los tacharan de locos.
Pero las apariciones se volvieron a repetir, esta vez a diferentes trabajadores
del centro sanitario, ocurriendo siempre a altas horas de la madrugada. Otra de
las noches, unas enfermeras fueron testigos de cómo los teléfonos de un ala del
hospital, que se encontraba cerrada, llamaban sin haber nadie al otro lado.
El último testimonio del que hay constancia fue una fría mañana de
noviembre del año 2011. Una pareja de cirujanos entraron a trabajar a las ocho de la mañana y se
dirigieron a sus despachos que se encontraban en la tercera planta del hospital.
Ese ala se encontraba en momento cerrada al público bajo llave, y bajo la penumbra
de las luces de ese pasillo, los sanitarios observaron en el otro extremo del
pasillo a la mujer con hábito negro. Atónitos la observaron, instantáneamente
la ‘dama’ empezó a avanzar hacia ellos y tras recorrer varios metros, giró
ligeramente hacia la izquierda, desapareciendo a la altura de una de las
columnas del pasillo. El cirujano, cuyas siglas es J.L.A., inmediatamente corrió detrás de ella.
Ni dos segundos tardó en llegar a esa columna para encontrarse meramente con la
pared, pues la Dama se había esfumado. Asustados por lo que habían presenciado,
lo comentaron con compañeras del trabajo. Una de las enfermeras más antiguas de
las que allí trabajaba les dijo: "os habéis topado con el fantasma del
hospital, conocidos por todos los trabajadores, pero que solo algunos la ven".
A lo largo de los años en este hospital han ido entrando trabajadores
nuevos y sin conocer esta historia afirman a ve visto a esta Dama Negra,
siempre de la misma manera, en la oscuridad, sin pronunciar palabra, observando
y desapareciendo.